Con esta intervención se consigue rejuvenecer la mirada además de proporcionar un importante confort en los casos que presentan un exceso cutáneo en el párpado superior que, en ocasiones, dificulta la visión, deformidad conocida como blefaroachalasia. Lo habitual es que se realice la cirugía en los cuatro párpados, pero es posible eliminar sólo las antiestéticas bolsas inferiores cuando ese es el problema, o sólo la piel superior. El diálogo con su cirujano le conducirá a la mejor opción.
Se realiza bajo anestesia local y sedación, y en régimen ambulatorio. Es preciso un preoperatorio completo y valoración anestésica.
Las cicatrices son imperceptibles, alojadas en pliegues o arrugas naturales que las camuflan. Incluso existe una modalidad, la blefaroplastia transconjuntival, sin cicatrices en el párpado inferior; en la consulta le explicaremos si es un buen candidato para ella y le contaremos paso a paso la intervención.
Tras un período de reposo relativamente corto, unos quince días, podrá incorporarse a su actividad laboral y llevar vida normal, excepto deporte, donde debe esperar un período cercano al mes.
Con frecuencia se asocia la blefaroplastia con la cirugía de rejuvenecimiento del resto de la cara o técnicas complementarias, aunque por sí sóla produce resultados espectaculares.
No, el color oscuro conocido como “ojera” no desaparece. Si bien es cierto que en ocasiones la sombra de la bolsa acentúa ese color y al eliminarla mejora mucho.
Las pequeñas arrugas de expresión que circundan los ojos, conocidas como “patas de gallo”, no desaparecen con una blefaroplastia, existen diferentes procedimientos para eliminarlas ya sea de manera temporal (Botox) o más duraderas (láser, peelings, rellenos, etc.), pero no mediante una blefaroplastia.
No. Para ello se requiere otra cirugía, en concreto un lifting de tercio superior.
Sí, las bolsas no siempre se asocian al envejecimiento, existen factores genéticos y otros que hacen que se puedan herniar e hipertrofiar en gente joven. En este caso se podrá beneficiar de un abordaje transconjuntival sin cicatrices externas para su eliminación, y sin realizar ningún procedimiento en el párpado superior.
Son procedimientos que forman parte de la intervención de la blefaroplastia y que su cirujano aplicará si lo necesita, en ningún caso para modificar únicamente la anatomía de su ojo.
Por supuesto, con anestesia local y sedación, pero con toda la logística de una cirugía.
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